Hoy en día existen una gran cantidad de tipos de condensadores para muchos usos diferentes. Entre ellos podemos destacar condensadores para motores eléctricos, condensadores para circuitos impresos, electrolíticos, dieléctricos, etc., conformando todo un universo de capacitores capaces de satisfacer cualquier necesidad que se pudiera tener.
3 clases de condensadores dieléctricos
Uno de los condensadores dieléctricos más comunes es el de mica. Se fabrican apilando hojas de aluminio y delgadas láminas de mica en capas que van alternadas. Dentro de sus ventajas destacan sus bajas pérdidas en el dieléctrico, baja autoinducción, un reducido factor de potencia y cuenta con elevados voltajes de trabajo. Se usan en circuitos de alta frecuencia y sus valores suelen ser de 1pf a 1µF y los voltajes de trabajo van desde los 50 hasta los 50.000V.
Los condensadores dieléctricos cerámicos tienen un gran rango de valores respecto a su constante dieléctrica. Están basados en varias mezclas de circonio y óxido de titanio o también en zirconatos y titanatos de calcio, estroncio, magnesio o bario, entre otros.
Dentro de las ventajas de esta clase de condensadores destaca su reducido tamaño, pocas pérdidas, coeficiente de temperatura bajo, coste reducido, buena estabilidad en cuanto a la capacidad y una larga vida.
Finalmente, nos encontramos con los condensadores dieléctricos de película sintética, fabricados con una delgadísima película de material sintético como pueden ser el teflón, entre otros. Dentro de sus ventajas destaca su baja absorción en el dieléctrico, buena estabilidad de su capacidad con la temperatura o un factor de disipación bajo, entre otros.